Flora y fauna

El municipio de Breña Alta, situado en el sector oriental de la isla de La Palma, presenta tres espacios naturales protegidos de singular importancia: el Monumento Natural del Risco de La Concepción, una fracción del Sitio de Interés Científico de Juan Mayor y parte del Parque Natural de Cumbre Vieja, que en conjunto ocupan unas 615,8 hectáreas, lo cual representa aproximadamente el 19,5 % de la superficie del municipio y el 0,87 % de la Isla.

Además, está propuesta la creación de una Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA), que quedaría enclavada en Aguasencio, debido a su importancia para la conservación de las palomas Turqué y Rabiche. Todo ello indica el gran potencial natural de esta parte de la Isla, que debido a la gran altitud que alcanza (1854 metros en el Lomo de las Ovejas) y su orientación, contiene cuatro de los cinco ecosistemas zonales presentes en La Palma, faltando únicamente el matorral de cumbre que se extiende aproximadamente a partir de los 2000 metros de altura.

Matorral costero, bosque termófilo, monteverde y pinar se distribuyen siguiendo un gradiente altitudinal regido por factores climáticos. Sin embargo, esto no siempre es así, puesto que la presencia de factores edáficos y/o antrópicos puede ocasionar la aparición de ecosistemas zonales que alteren la anterior disposición. De este manera, la abrupta topografía del municipio, caracterizada por los lomos que descienden desde Cumbre Nueva, da origen a numerosos barrancos y riscos, que presentan variaciones en la composición y distribución de la biota, con respecto a los territorios circundantes. Lo mismo ocurre con los campos lávicos poco modificados, procedentes de las erupciones de la Cumbre Vieja, que se extienden por la parte media y baja del municipio y albergan ecosistemas muy particulares, como son las coladas volcánicas recientes y los tubos volcánicos.

Sin duda, el ecosistema zonal más representativo de Breña Alta es el monteverde. Esta comunidad vegetal, que asciende por las laderas de la cumbre orientadas a Barlovento y se extiende desde los 400 hasta los 1500 metros de altitud, juega un importante papel en la recarga de los acuíferos, siendo capaz de captar la humedad de los vientos alisios, rezumando agua por la superficie de sus hojas, y facilitando, con sus raíces, su infiltración en el subsuelo. Este tipo de bosque ha estado sometido a talas abusivas a lo largo de todo el periodo hispánico, que han mermado considerablemente sus poblaciones, desapareciendo incluso en muchas localidades de las Islas.

Su formación vegetal más característica es la laurisilva, bosque perennifolio rico en especies arbóreas y arbustivas de hoja lauroide, que pobló el sur de Europa y el norte de África a finales de la era Terciaria. Actualmente, representa «un auténtico fósil viviente» que fue desplazado de sus antiguos dominios, debido a grandes eventos climáticos (glaciaciones, desertización del Sahara, vaciamiento del Mediterráneo) y encontró refugio en algunos archipiélagos atlánticos (Canarias, Madeira y Azores) favorecido por el efecto atenuador de las masas oceánicas y la posibilidad de migración altitudinal en las islas con mayor relieve. Su mejor representación la encontramos en los húmedos cauces de algunos barrancos de La Palma, La Gomera y Tenerife, donde sobrevive una veintena de las aproximadamente treinta especies arbóreas que lograron colonizar y establecerse en las citadas islas.

El fayal-brezal, por su parte, es un bosque bajo constituido mayoritariamente por fayas (Myrica faya) y brezos (Erica arborea) que tiende a ocupar las zonas más escarpadas y expuestas del monteverde y sirve de transición entre la laurisilva y el pinar. Su mayor poder competitivo lo convierte en formación de sustitución de la laurisilva en zonas donde ésta ha desaparecido.

La fauna de estos bosques se caracteriza por su gran riqueza de formas invertebradas endémicas, algunas de las cuales presentan carácter relictito. Murciélagos y aves son asimismo abundantes, siendo destacable la presencia de dos aves exclusivas de nuestro archipiélago, como son las palomas rabiche y turqué (Columba junoniae y Columba bollii, respectivamente).

La profunda alteración del bosque termófilo, hábitat original de la paloma rabiche, ha conducido a que esta especie se establezca en hábitat secundarios, como pueden ser el monteverde y el pinar. Esta paloma ha encontrado en La Palma su mejor emplazamiento, localizándose en esta isla las mayores poblaciones de Canarias.

Una utilización inadecuada de los recursos naturales (talas indiscriminadas, sobre pastoreo, etc.), así como la introducción de especies exóticas han reducido considerablemente la extensión del monteverde breñusco. Hoy en día todavía podemos apreciar los efectos de estas atrocidades cometidas en el pasado, observando como gran parte de los dominios de laurisilva se encuentran ocupados por fayal-brezal y especies vegetales alóctonas como el castaño (Castanea sativa) o el pino insigne (Pinus radiata).

El 28 de diciembre del 2001 se aprobaron una serie de lugares de importancia comunitaria (LICs), con respecto a la región biogeográfica macaronésica con el propósito de proteger hábitat naturales y hábitat de especies animales (salvo aves) y vegetales de interés comunitario. Esto ha supuesto el incremento de la superficie protegida de Breña Alta en un 31,5 %, quedando bajo protección unas 1368,24 hectáreas de monteverde (el 43,4 % del municipio). Estos LICs aprobados junto con las ZEPAS constituyen la Red ecológica comunitaria «NATURA 2000».